Yo no pienso que nadie escribe en nombre de nadie, es decir, que el que lo escribe, lo habla o piensa, lo hace él mismo, o sea, el individuo.
Si me apetece escribir, tengo imaginación y con unas buenas palabras, podría publicar un gran libro. De esta manera han salido grandes escritores independientemente de su género, pues tenemos el libro de Harry Potter, Bets Seller, vendido a nivel mundial, o El Código Da Vinci de Dan Brown, ambos también llevados al séptimo arte.